El dolor neuropático es un tipo de padecimiento crónico que resulta de un daño o disfunción en el sistema nervioso. Su causa se debe a una alteración en la transmisión o procesamiento de las señales nerviosas. Esta afectación puede ser causada por una lesión en los nervios periféricos, en la médula espinal o en el cerebro.
Las características del dolor neuropático son la hiperalgesia (las sensaciones dolorosas o no dolorosas se encuentran aumentadas) y alodinia (sensaciones dolorosas por estímulos no dolorosos). Es por ello que no se soportan sensaciones comunes como el roce de la ropa o el viento, así como la presión física.
El dolor neuropático puede presentarse en las extremidades (brazos y piernas), en la espalda y la columna vertebral, en la cara, puntualmente a lo largo de la línea del nervio trigémino (que es el principal nervio sensorial del rostro). En esa zona el dolor puede ser intenso, punzante y repentino, similar a una descarga eléctrica, ello puede dañar mandíbula, ojos o pómulos.
También puede presentarse dolor neuropático en el área torácica, en órganos internos como el corazón, los pulmones o el abdomen. A su vez, afecta la piel o tejidos subcutáneos, y se caracteriza por sensaciones de ardor, escozor o hipersensibilidad. La afectación también daña la cabeza y el cuello con síntomas como dolor punzante o de tipo eléctrico, de acuerdo con la clínica de Neurocirugía de Madrid.
Otra característica de este padecimiento es la hiperpatía (la disminución del umbral del dolor) y también son muy comunes las disestesias (sensaciones anormales dolorosas en ausencia de estímulos, descritas comúnmente como hormigueo, toques eléctricos, ardor o “piquetes como de agujas”). A la lista se suma la hipoestesia (disminución de la sensibilidad al tacto o al realizar en la exploración un estímulo doloroso) y, en ocasiones, incluso la sensación de pérdida de fuerza, según explica la Clínica Mayo.
Entre las causas frecuentes se encuentran las lesiones (compresión nerviosa), enfermedades metabólicas, infecciones, cáncer, trastornos neurológicos, medicamentos, alcoholismo, y causas idiopáticas y genéticas.
El dolor neuropático también se hace presente en trastornos autoinmunes, esto sucede cuando el sistema inmunológico se confunde y ataca los nervios periféricos o la capa de mielina de los mismos, produciendo ese tipo de dolor, las afecciones más comunes que causan este dolor son la esclerosis, lupus y artritis reumatoide.
En el caso del cáncer, algunos tumores ya sean primarios o secundarios, en su crecimiento pueden llegar a comprimir las fibras nerviosas generando dolor neuropático, también algunos quimioterapéuticos pueden dañar los nervios, al igual que la radioterapia.
A los medicamentos anteriores se suman algunos fármacos usados para el abordaje del VIH y enfermedades autoinmunitarias que pueden dañar los nervios periféricos y llegar a provocar dolor neuropático.

El dolor neuropático es un problema de salud pública
El dolor neuropático es ya un problema de salud pública derivado del incremento del número de personas que sufren de esta condición y el detrimento de la calidad de vida de quienes lo padecen.
Es importante que las causas sean identificadas desde una etapa temprana para corregirlas desde la raíz. No obstante, el dolor neuropático puede ser difícil de reconocer y a menudo se confunde con otros tipos de dolor, como el dolor músculo-esqueletal. Conocer las características de la afección neuropática permite su identificación más fácilmente y la búsqueda de un enfoque terapéutico adecuado a tiempo.
Preciso es mencionar que el reto clínico para el personal médico es enorme, ello se debe a que todo dolor es siempre subjetivo, y por si fuera poco, el dolor neuropático es muy difícil de describir por parte de quien lo experimenta, puesto que no se relaciona con las experiencias normales, dolorosas o no, que se tienen a lo largo de su vivencia sensorial.
El dolor neuropático puede llegar a acompañar de forma común a diversas enfermedades, como la diabetes (neuropatía diabética), herpes zóster (neuralgia postherpética), lesiones en la médula espinal, esclerosis múltiple, entre otras. Conocerlo permite estar alerta ante cualquier síntoma relacionado con estas condiciones, de acuerdo con un estudio de la Revista Médica Clínica Las Condes.
Es necesario preguntarse ¿qué pasa si no se trata el dolor neuropático? para poder actuar de inmediato y no postergar su atención. De lo contrario puede presentarse una serie de consecuencias negativas tanto para la salud física como emocional de la persona. Un aumento del dolor neuropático, discapacidad física y motora, hasta problemas emocionales tras desarrollar una dolencia crónica, son algunas de estas consecuencias.
En Rubio Pharma sabemos que la Medicina Biorreguladora de Sistemas (MBrS) puede ser un complemento o alternativa al enfoque convencional, al abordar no solo los síntomas del dolor, sino también los mecanismos ocultos que lo provocan.

La Medicina Biorreguladora de Sistemas (MBrS) y el dolor neuropático
La Medicina Biorreguladora de Sistemas (MBrS) y el dolor neuropático como enfoque terapéutico busca restablecer el equilibrio del organismo mediante el uso de sustancias que modulan y regulan las funciones biológicas del cuerpo, en lugar de simplemente suprimir los síntomas. Este tipo de medicina se basa en la idea de que el cuerpo tiene la capacidad de autorregularse. Los enfoques terapéuticos que se usan en la medicina biorreguladora se orientan a estimular o restablecer esa capacidad de autorregulación.
Con referencia al dolor neuropático, la Medicina Biorreguladora de Sistemas (MBrS) tiene el propósito de tratar las causas de esta afección en lugar de solo aliviarla de forma temporal. Esta acción sucede a través de estrategias que favorecen la reparación o la modulación de los nervios dañados, el sistema inmunológico o el sistema nervioso. La medicina biorreguladora intenta restaurar el equilibrio perdido debido a las lesiones o las disfunciones.
A través de la MBrS, damos un abordaje integral al consultante con dolor neuropático. Al saber que el dolor es la punta del iceberg, y debajo de él hay muchos procesos (nutricionales, inmunes, osteomusculares, metabólicos, funcionales, etcétera), en Pharma Rubio entendemos que es imprescindible revisarlos a la par del dolor.
Es necesario señalar que únicamente atendiendo a las causas, los padecimientos son posibles de revertir. El dolor neuropático no solo necesita terapias paliativas que pueden generar efectos secundarios, se debe llegar al fondo del padecimiento. Tras ese proceso se ofrece una gama de abordajes biorreguladores naturales que impactan verdaderamente en la salud del consultante y en su calidad de vida.
Además, la Medicina Biorreguladora de Sistemas (MBrS) utiliza técnicas no invasivas sin los efectos secundarios comunes de las terapias farmacológicas convencionales. Esto implica cambios en la dieta, el control del estrés, la mejora del sueño. El propósito es equilibrar la salud nerviosa y con ello erradicar el dolor neuropático que daña de forma cotidiana a quien lo padece, no solo en sus funciones más básicas, sino también en el entorno que lo rodea.