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Medicina Integral: una práctica médica para el bienestar total

La medicina integral no solo se dedica al estudio profundo del cuerpo humano, sino que suma la importancia de escuchar a las personas, es decir, no olvidar el humanismo del consultante sin dejar de lado el enfoque científico.
 

La investigación médica tradicional con frecuencia se dedica a crear especialidades clínicas para cada parte del cuerpo, en el camino ello puede provocar que se pase por alto las importantes conexiones entre los distintos órganos, tejidos y sistemas. Es ahí donde el papel de la medicina integral es imprescindible.

También conocida como medicina “complementaria”, esta práctica clínica consiste en combinar la medicina convencional con las terapias integrales y complementarias que surgen tras profundas investigaciones que arrojan evidencias de cómo conseguir una mejor atención en la salud de cada persona. 

De acuerdo con el Instituto Nacional del Cáncer, en Estados Unidos, “la medicina complementaria y alternativa (MCA) se refiere a los productos y prácticas médicas que no son parte de la atención médica estándar.

“Este enfoque de atención médica combina el abordaje médico convencional con prácticas de MCA” que, indica el Instituto, han demostrado “ser seguras y eficaces mediante pruebas científicas". También se llama medicina integradora o integrativa. “Por lo general, este enfoque da importancia a las preferencias del consultante para responder a los aspectos de salud mental y física”, explica el Instituto.

La medicina integral ayuda a los consultantes con síntomas como fatiga, ansiedad y dolor. Gracias a ella también se pueden atender enfermedades como el cáncer, los dolores de cabeza y la fibromialgia, por citar algunos ejemplos.

Con un enfoque médico integral, la medicina integral unifica la salud del cuerpo humano en su totalidad (interconexiones genéticas, celulares, tisulares, orgánicas, junto con el eje psico-neuro-emocional), junto con la integración Psico-Neuro-Inmuno-Endocrino-Microbiota. Lo anterior incluye los procesos cognitivo-emocionales, y del propio desarrollo pleno del consultante. Esto último significa atender la alimentación, los hábitos, las toxinas ambientales, la actividad física, la luz-oscuridad, e incluso la radioactividad.

Este enfoque clínico es altamente positivo para la salud de los consultantes porque atiende las causas subyacentes de las enfermedades, sin limitarse a tratar solo los síntomas. Con ello la terapia y los resultados de este es personal e integral.

La medicina integral VS. La medicina tradicional

El objetivo central de la Medicina Biorreguladora de Sistemas (MBrS) no es solo complementar otros tratamientos, sino actuar como un enfoque verdaderamente integral, capaz de regular de forma conjunta todas las dimensiones del organismo. Gracias a esta visión de totalidad, en muchos casos la MBrS puede ser suficiente para tratar un padecimiento y, en otros, complementar de manera sinérgica a la medicina convencional, potenciando la capacidad natural del cuerpo para restablecer su equilibrio y alcanzar un mejor estado de salud general.

Esto se consigue gracias al enfoque multidisciplinario que posee la medicina integral con el que se propone sumar a múltiples profesionales de la salud en el abordaje personal de un consultante.

Las patologías de las que se encarga este enfoque clínico son multifactoriales, es decir, una acción totalmente contraria a la práctica clínica tradicional que utiliza un solo medicamentos para tratar un síntoma que posiblemente tenga más de una causa.

En muchas ocasiones la medicina tradicional pone toda su confianza en un solo medicamento para dar mejoría a un consultante. No obstante, un solo medicamento lejos de brindar bienestar puede enmascarar el cuadro clínico al adormecer el dolor momentáneamente

Por ejemplo, en un caso de colitis, la medicina tradicional se centra en usar un medicamento para quitar el dolor y corregir el tránsito intestinal. Empero, la mayoría de las colitis involucran un componente emocional, funcional, microbiota, y dietético, y al finalizar una terapia la enfermedad regresa.

En caso contrario, la medicina integral pone puntual atención en un cambio de dieta (nutricionista), en los traumas o ansiedad (por medio de un psicoterapeuta) y armoniza los sistemas de mucosas, inmune, digestivo, microbiota, simpático y parasimpático. Lo anterior no es todo, a su vez, elimina los componentes tóxicos de la dieta y que se acumularon en el organismo.

Es así como la medicina complementaria no solo se ocupa de convertir a un consultante en un “individuo no enfermo” sino que se ocupa porque sea saludable, y resiliente con el medio en el que se desarrolla y con la vida misma.

medicina complementaria

Humanismo en la práctica médica integral

Para llegar a resultados como el anterior, la medicina integral no solo se dedica al estudio y conocimiento profundo del cuerpo humano y el ambiente en el que vive, sino que a ello suma la importancia de escuchar a las personas, es decir, no olvidar el humanismo del consultante sin dejar de lado el enfoque científico.

Un ejemplo más de cómo actúa la medicina integral lo conseguimos observar en los procesos degenerativos de rodillas (gonartrosis). La medicina tradicional se ocupa de atender el dolor y olvida buscar opciones para salvar la función de este miembro, así como las causas que provocaron el daño. 

En estos casos tampoco se toma en cuenta la integración de la terapia física y pruebas baropodemetricas (fisioterapeuta), el cambio de dieta (nutricionista), el uso de suplementos naturales, así como de medicamentos biorreguladores. La medicina integral rompe con ello y atiende todo lo anterior consiguiendo como resultado la mejoría de la función de las rodillas y al mismo tiempo erradica el dolor del consultante. 

Actualmente los beneficios de la medicina integral están abriendo la brecha a una prescripción terapéutica que incluya abordajes naturales y menos tóxicos. Con ello se romperá con la clásica y común prescripción sintomática.

Los avances médicos deben tomar en cuenta cada vez más el valor del consultante como ser humano y atender su organismo en su totalidad. No se debe olvidar que todos los órganos están interconectados y son partes responsables del bienestar general.

El valor humanista de la medicina integral es revolucionar la ciencia porque coloca a la persona en el centro de su atención. Toma en cuenta la condición física, pero también sus necesidades emocionales, sociales y mentales.

El plus de esta práctica médica es que empodera a los consultantes para formar parte de su proceso de sanación y bienestar. Todo ello se logra con un enfoque integral que permite ampliar la visión sobre la salud. Es así cómo se atienden las interconexiones entre los distintos aspectos del ser humano.

La Medicina Biorreguladora de Sistemas (MBrS) es especialmente valiosa porque une lo mejor de la medicina convencional con las terapias complementarias. No busca reemplazar los avances médicos, sino potenciarlos al incorporar estrategias biológicas, nutricionales y de regulación natural, creando una sinergia que abre más opciones y oportunidades de tratamiento para las personas.

La MBrS integra múltiples áreas de la salud y el bienestar, considerando al paciente desde distintas dimensiones:

  • Biología de sistemas y regulación celular

Se apoya en la comprensión moderna de redes biológicas, inflamación, inmunidad y metabolismo, utilizando medicamentos biorreguladores para modular funciones celulares en lugar de suprimirlas.

  • Medicina convencional

Colabora y se articula con los tratamientos farmacológicos, quirúrgicos y de alta tecnología, ofreciendo un soporte que disminuye efectos adversos y optimiza la respuesta clínica.

  • Nutrición y micronutrientes

La alimentación, la suplementación específica y la sueroterapia aportan elementos esenciales para el equilibrio metabólico, la función mitocondrial y la reparación tisular.

  • Estilo de vida

La actividad física, la higiene del sueño, la reducción de tóxicos ambientales y el manejo del estrés se consideran parte fundamental de la terapia, ya que influyen directamente en la salud celular y sistémica.

  • Salud psicoemocional

Reconoce el impacto del estrés crónico, la ansiedad y las emociones en la enfermedad, incorporando estrategias para fortalecer la resiliencia emocional y mejorar la calidad de vida.

  • Terapias complementarias

Se integra con la ozonoterapia, la cámara hiperbárica, la fitoterapia, la homeopatía y otras intervenciones que potencian la reparación celular y la modulación del sistema inmune.

  • Prevención y medicina antienvejecimiento

La MBrS promueve la prevención activa y la ralentización de procesos degenerativos mediante la regulación del estrés oxidativo, el balance hormonal y la preservación de la función celular.

En el planeta cada persona es única, por lo que la medicina integral ayuda a elegir la terapia adecuada a cada una de las necesidades específicas de cada consultante.

Fuentes

 

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