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¿Qué es la salud integral?: importancia y beneficios

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La importancia de la salud ha tenido modificaciones a lo largo de la historia. Hoy, la pregunta ¿qué es la salud integral?, es un nuevo paso hacia su entendimiento y evolución.

Con el paso del tiempo, hemos aceptado la importancia de la salud y el autocuidado y que los hábitos diarios son fundamentales no solo para el aspecto físico, sino para una salud integral.

Al conocer qué es la salud integral, llevamos nuestra atención al funcionamiento óptimo del organismo, a reconocer nuestras emociones y pensamientos; y también a comprender la importancia de tener una red social que pueda servirnos de apoyo en la vida diaria.

Hoy tenemos más información sobre la importancia de la salud y sabemos que si uno de estos aspectos está débil, existe la posibilidad de que en algún momento los otros dos se vean afectados, y empiecen a aparecer padecimientos y enfermedades de distinta índole.

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¿Qué es salud integral?

Reconocer la importancia de la salud y qué es la salud integral nos permite tener equilibrio en los aspectos más importantes de la vida, pues ella busca atender todas las necesidades del individuo, tanto físicas como mentales y sociales.

El aspecto físico hace referencia al bienestar del cuerpo, al funcionamiento fisiológico del organismo de las personas. En tanto, el mental se refiere al estado de bienestar en el que se incluye la importancia de las emociones, los pensamientos y actitudes en la cotidianidad.

El aspecto social es el que contempla la relación que cada individuo tiene con las personas que le rodean, cómo interactúa con ellas, con las instituciones y los demás elementos que conforman a la sociedad. Incluso toma en cuenta la necesidad de tiempo de recreación y esparcimiento.

Es recomendable cuidar el cuerpo teniendo actividad física y una alimentación nutritiva y consciente, así como cocinar los alimentos en casa y dormir las horas necesarias diariamente.

También el observar gustos y preferencias, qué emociones predominan y cómo gestionarlas. Así como aprender a pedir ayuda cuando sea necesario, reflexionar sobre los sentimientos y reconocer lo que no funciona.

En el documento Asesorías en Salud Integral en Escuelas Secundarias del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF), se reconoce a la salud como “el resultado de diversos aspectos y cambios sociales que da idea de la calidad de vida de la población, tanto a nivel individual como colectivo”.

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¿Cómo surgió la salud integral?

Por mucho tiempo, considerar a una persona sana o no, se refería exclusivamente a su estado físico. Tiempo después empezó a tomarse en cuenta la unión entre el cuerpo y la mente y finalmente, la Organización Mundial de la Salud (OMS) valoró que la salud es “un estado de completo bienestar físico, mental, social, y no solamente la ausencia de afecciones o enfermedades”.

El reconocimiento de la importancia de la salud integral daba sus primeros pasos en el siglo XIX cuando la ciencia médica comenzó a hacer aportaciones que explicaban que la salud y las enfermedades tenían causas relacionadas con su entorno de vida y trabajo.

A finales de los años cuarenta, la OMS sorprendió con una nueva definición de salud que transformó la idea que hasta entonces, la medicina reconocía. Atribuyendo que la salud está relacionada con diferentes aspectos de la vida.

La pregunta “qué es la salud integral comenzaba a explorarse. Sin embargo, aún en el siglo XX, el término “salud” hacía referencia únicamente al estado físico de las personas y se comprendía como una responsabilidad total de cada individuo.

Ya en 1980 al hablar de la importancia de la salud se consideraba la prevención y se contemplaba la relación entre los aspectos sociales y personales.

Para finales del siglo XX, principios del XXI, comenzaron a estudiarse las causas más profundas de las enfermedades y la integración del estilo de vida y el aspecto social.

Actualmente se reconoce la importancia de la salud integral, que nos proporciona bienestar total y que busca, generar la condiciones físicas, mentales, emocionales y sociales para prevenir y curar cualquier padecimiento.

Las instituciones de salud, las escuelas, los investigadores de diversas áreas como la medicina, la biología y las ciencias sociales, han aportado conocimientos sobre qué es la salud integral y permiten concebir a la salud en términos más amplios y practicar en todo momento la totalidad del bienestar.

Hoy, los profesionales de la salud pueden combinar procedimientos médicos convencionales con terapias complementarias o alternativas. Nutriólogos, odontólogos, psicólogos, preparadores físicos, entre muchos otros, hacen equipo para ofrecerle a cada individuo diversas opciones de bienestar, no solo físico, sino de manera global.

Sus diagnósticos, incorporan a los métodos científicos convencionales y exploran lo que es la salud integral, con diversas posibilidades terapéuticas como la acupuntura, homeopatía, masoterapia, herbolaria, quiropráctica, yoga, meditación, respiración, atención plena.

En este contexto, la Medicina Biorreguladora de Sistemas (MBrS) es utilizada para brindar salud integral, en la búsqueda de prevenir y tratar enfermedades de manera natural, para fortalecer la capacidad de autorregulación y autocuración del cuerpo.

La MBRs se enfoca en la importancia de la salud, corrige las causas de las enfermedades, engloba diferentes terapias biorreguladoras, con el fin de modular las respuestas fisiológicas del organismo y ayudar al equilibrio del mismo.

Considera la prevención y la intervención temprana, utiliza procesos no invasivos y considera a cada persona en su totalidad desde un punto de vista genético, epigenético, metabólico, energético y emocional.

La importancia de la salud, conlleva a poner los ojos en la salud integral. Le permite a cada individuo tener un conocimiento más profundo de sí mismo y tomar responsabilidad sobre sus hábitos cotidianos.

La Medicina Biorreguladora de Sistemas (MBrS) como medicina de estilo de vida integra hábitos cotidianos—nutrición antiinflamatoria, actividad física periodizada, sueño reparador, manejo del estrés, relaciones y propósito—con la modulación de redes biológicas (psico-neuro-inmuno-endocrino-metabólico-microbiota) para restaurar la autorregulación y la resiliencia. Parte de una evaluación personalizada (hábitos, contexto psicosocial y biomarcadores) para identificar nodos de disregulación subclínica y trazar intervenciones escalonadas y medibles.

 

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